sábado, 18 de septiembre de 2010

Visita del Papa a la Gran Bretaña en el 2010.

Alguno puede sorprenderle esta entrada en el blog cuando trata de una visita papal a un país anglosajón pero me gustaría comentar el anticatolicismo que se ha vivido en la Gran Bretaña durante las últimas semanas, más acorde de la época de las persecuciones protestante de Enrique VIII que del siglo XXI.

El anticatolicismo de la sociedad es algo ya tradicional en Gran Bretaña y también lo es desgraciadamente, la discriminación que han sufrido los católicos a lo largo de los siglos. Si algún lector probritánico lo cuestiona, le recordaré los padecimientos de los católicos en Irlanda del Norte, por citar alguno, en donde hasta finales del siglo XX han vivido en ghettos. Un hecho incomprensible pero real y no solo eso, en la actualidad, los católicos aún suelen esconder su religión en la zona de Glasgow por miedo a perder el trabajo. Pero eso no es todo, ¿alguno se ha preguntado por qué algunas ciudades escocesas tienen dos equipos y uno suele tener el color verde junto con algún trébol? En Glasgow, tenemos el Rangers (protestante) y el Celtic (católico); en Edimburgo, el Hearts of Midlothian (protestante) y el Hibernian (católico); en Dundee, el Dundee FC (protestante) y el Dundee United (católico), estos son algunos ejemplos de la separación de las dos comunidades.

El anticatolicismo en la sociedad británica desde la segunda guerra mundial ya no es tan público por lo menos en el plano institucional pero se sigue manteniendo, en algunos sectores de la sociedad en el día a día. Sin embargo, durante estás últimas semanas, el anticatolicismo ha vuelto a la luz pública y la gran mayoría de los medios de comunicación han desatado una campaña mediática de ataques constantes, en muchos casos extremadamente virulentos, contra la Iglesia Católica en Gran Bretaña.

Alguno se preguntará por los motivos para tal campaña o incluso como se ha desarrollado la misma, trataré de explicarlo ya que es una cuestión bastante compleja pero sin extenderme mucho.

1.- Antecedentes históricos.

En el siglo XVI se producen una serie de escisiones dentro del catolicismo con una fuerte influencia nacionalista. Inglaterra no es ajena a esta situación y el rey Enrique VIII se suma a la reforma aunque por unos motivos bien distintos que los luteranos alemanes. No entraré en estos hechos del todo conocidos pero al mismo tiempo que se produce la ruptura con Roma, se inicia un exacerbado nacionalismo dentro de la nueva iglesia anglicana y en sus fieles. Las sucesivas guerras de religión en las cuales participa Inglaterra en el bando protestante, hacen que se vayan afianzando el enfrentamiento con los católicos.

El católico vivió desde los primeros momentos de la Reforma, la discriminación y la persecución protestante. El Acta de Supremacía de Enrique VIII declara traición no aceptar al rey de Inglaterra como "Jefe Supremo en la tierra de la Iglesia en Inglaterra", mientras que la nueva acta de la reina Isabel I, acusa de alta traición aceptar simplemente la autoridad del Papa. Uno puede imaginarse rápidamente, en que situación quedaban los católicos en Inglaterra. Esta persecución protestante se cobró la vida de miles de personas, entre los más destacados están los asesinatos del canciller Tomás Moro (Sir Thomas More) y del obispo de Rochester Juan Fisher (John Fisher). Ante esta situación, no era de extrañar que esperaran los católicos británicos el momento oportuno para zafarse del yugo de la opresión. Algunas veces llegaba la ayuda desde el extranjero, desde España o de Francia, tomando forma como las revueltas en Irlanda o en las guerras jacobitas en Gran Bretaña, en donde se trata de recuperar el trono para los católicos Estuardos, otras veces con sus propios medios pero lamentablemente en todos los casos, siempre fracasaron y fueron aplastadas.

Las guerras de religión han quedado en los libros de historia pero el odio y el rechazo se ha mantenido en algunos sectores de la sociedad británica. Un odio hacia Roma, hacia los defensores del catolicismo como España y también por extensión, hacia sus propios compatriotas de religión católica. Hoy no es la discriminación y la segregación no es políticamente correcta pero se admite un rechazo encubierto, sutil aunque claro está, siempre buscando una excusa aunque sea de lo más absurda.

2.- Situación interna anglicana y posible fractura de la misma.

La Iglesia Anglicana está pasando en los últimos tiempos por una gravísima crisis institucional, por el peor momento desde su creación. El rumbo tomado por el actual arzobispo de Canterbury con la ordenación de mujeres y de homosexuales, entre otras muchas nuevas iniciativas, está produciendo una constante sangría de fieles que no comparten esas nuevas ideas y que abandonan la Iglesia Anglicana para abrazar a la Iglesia Católica. Los más destacados conversos a la religión católica son el ex primer ministro Tony Blair y la duquesa de Kent, Katherine Worsley pero también hay otros dentro de la prelatura anglicana, entre los miembros destacados están, en marzo del 2004 Edward Norman, canciller de la Catedral de York Minster y en febrero del 2010 Paul Richardson, obispo auxiliar de Newcastle. Por otro lado, están la Comunión Anglicana Tradicional y Forward in Faith muy inclinadas a la unión con la Iglesia Católica. Muchos anglicanos han decido "esperar y ver" si mantendrán dentro de la Iglesia Católica cierto grado de autonomía o de identidad nacional. El Papa Benedicto XVI, mientras tanto, ha creado la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus para facilitar el paso de anglicanos a la Iglesia Católica.

Ante esta situación, no es difícil de imaginar que algunos sectores de la Iglesia Anglicana opuestos a llegar a un entendimiento con los católicos hayan visto cuando menos, con buenos ojos la campaña anticatólica, sino es que la han promovido o potenciado.

3.- Los ateos.

El brazo ejecutor de la campaña han sido los ateos, agrupados en torno a la Asociación Humanista Británica. Esta asociación se caracteriza por una beligerancia rabiosa contra la Iglesia Católica, atacando muy poco y de vez en cuando a los protestantes pero para nada a musulmanes, judíos, budistas, etc... ¿Será tal vez porque no es políticamente correcto? Muy posible, se ataca a los católicos por no ordenar sacerdotes a mujeres o a homosexuales pero en cambio, no protestan ante los musulmanes o los judíos para que nombren imanes homosexuales o a mujeres como rabinos... esos ateos solo van de caza cuando se abre la veda del católico.

La campaña en cuestión empezó hace unas semanas, acusando al Papa Benedicto XVI de encubrir a los sacerdotes acusados de abusos, algo ridículo precisamente con este Papa. Aparte de este argumento han utilizado la retórica habitual, sexismo, homofobia, condones para evitar el sida, etc... vamos, la verborrea de siempre. Han utilizado masivamente los medios de comunicación, al darle ellos una importancia excesiva y fuera de los telediarios sus apariciones han buscado la provocación en los eventos del Papa Benedicto XVI. Se atrevieron a hacer una demostración de fuerza ya que se les empezaba a acusar de ser un fenómeno mediático y no de masas. El sábado 18 fue el día elegido, hicieron una manifestación de protesta en Londres con una asistencia entre 7.000 y 9.000 personas según la policía entre comunistas, homosexuales, protestantes radicales y demás fauna local, mientras que los católicos reunían esa misma tarde 80.000 peregrinos en Hyde Park y unos 20.000 más en el trayecto del papamóvil. Un completo fracaso el de los ateos sobre todo, después de contar con todo el apoyo de los medios de información.


4.- Los medios de comunicación.

Los grandes sostenedores de la campaña y yo diría más, uno de los grandes incitadores de la campaña. Realmente sorprendió en los días anteriores a la llegada del Papa a Edimburgo la insistencia de los medios de comunicación con el tema de los abusos realizados por sacerdotes en décadas pasadas y también extrañaba que siempre fueran invitados un día tras otro, algún ateo a los telediarios para repetir lo mismo una y otra vez. Estoy hablando de todos los telediarios (mañana, tarde y noche) en las dos semanas precedentes a la llegada y de reportajes como el realizado por el ex fraile dominicano y homosexual, Mark Dowd para la BBC "Benedict: Trial of a Pope" de 60 minutos y emitido el día antes de la llegada, el programa de radio para la BBC4 "The Pope's British Divisions" o el documental realizado por el cabecilla ateo Peter Tatchell para Channel 4 "The Trouble with the Pope".

Lo increíble del asunto y para el más inri de los colmos, era que el Papa estaba invitado por la jefatura del estado británico, o sea, la reina. La primera vez que se invita a una visita oficial al Reino Unido a un Papa y la propia televisión pública emite un documental con falsedades, insultos y menosprecios. Sin comentarios, aunque la BBC y Channel 4 que fueron los más agresivos, quedaron a la suela del betún pero no fueron los únicos en sus ataques. Una verdadera lástima porque las tenía como unas cadenas serias.

Hay un presentador de telediario, el veterano Jon Snow, que se comportó como el enemigo público número uno de la Iglesia. Este "periodista" es bastante famoso entre otras cosas, por ser un hortera llevando corbatas y calcetines de colores, además de tener unas claras tendencias izquierdistas. Pues bien, este caballero que llegó a predecir el fracaso de asistencia a los actos católicos y que señalaba a la propia Iglesia por su "culpabilidad" en los casos de abuso de menores... se le quedó la cara desencajada cuando comprobó el primer día de la visita que en Edimburgo habían asistido 125.000 personas a recibir al Papa y que en Glasgow la asistencia a la misa era otro exito de asistencia... bueno, sin realizar más comentarios más sobre el personaje de Jon Snow, sería interesante para la ética periodística que se fuera a un asilo porque empieza a chochear en los directos de TV.

Y el Papa Benedicto XVI en Gran Bretaña.

No me extenderé mucho en este punto ya que todos sabemos como ha ido transcurriendo la visita. Simplemente citar el portada del Herald Scotland del 17 de Septiembre: "He came, he saw and he conquered a nation". No se puede ser más explícito. Llegó a Edimburgo el jueves por la mañana y 125.000 personas fueron a recibirlo en las calles, por la tarde en Glasgow, 70.000 personas más en la misa. Un éxito como indicó un feliz Alex Salmond, primer ministro de Escocia.


Ese día no se taparon muchas bocas, la soberbia es mala consejera y siguieron tratando de empañar la visita pero en cada acto se encontraban multitudinarias asistencias. Al final, 200.000 escoceses salieron a la calle a ver al Papa y los que apoyaron aquella campaña, hicieron el ridículo como el Scotsman por ejemplo, pero como la BBC o el Channel 4, simplemente miraron hacia otro lado y continuaron apoyando la campaña pero algo más pausadamente.

Y resumiendo...

Esta visita del Papa Benedicto XVI a la Gran Bretaña me ha demostrado que en el Reino Unido todavía hay sectores en esa sociedad que mantienen vivos unos sentimientos de rechazo hacia el colectivo católico más propio de los años de Enrique VIII e Isabel I, que del siglo XXI. Esta mañana han entrevistado en directo a una familia en la misa de Birmingham y la mujer se lo ha dicho a periodista de la BBC sin pelos en la lengua: El único problema que ha habido es el sentimiento anticatólico que aun existe en Inglaterra. La cara del periodista era un poema.

Hoy en día, el empuje de la Iglesia Católica es tal que la asistencia a misa en Inglaterra es superior la de los católicos (861.000) a de los anglicanos (852.000), recordando que hay solo 4 millones de católicos en Inglaterra y Gales y 25 millones de anglicanos en los mismos territorios. La disminución de la asistencia a misa desde el 1963 entre los anglicanos es del 40% y entre los católicos del 13% según un estudio del Telegraph. Estos datos pueden dar una idea de la magnitud de la crisis que tiene la Iglesia Anglicana pero aunque la Iglesia Anglicana desaparezca o se una a la Iglesia Católica, una parte de la población británica seguirá teniendo unos odios ancestrales contras unos compatriotas por el simple hecho de tener la religión católica.

Lamentable.