
Siempre diré que estuve allí
El Mundial lo viví in situ en Sudáfrica. Pude ver los partidos de cuartos, semis y por supuesto la final! Fui hasta allí con mi mejor amiga, invitadas por Coca Cola, y fue una experiencia, lógicamente inolvidable. Sabíamos que estábamos viviendo algo difícilmente repetible y por ello, disfrutamos cada momento al máximo.
Conocimos el país, aprovechamos para hacer deporte y correr (estábamos preparando juntas el maratón de Nueva York). Pero eso fue lo de menos, el ansiado Día D, en cuanto llegamos al estadio al son del Waka-waka de Shakira, nos empezó a temblar todo el cuerpo por la emoción, menudos escalofríos, la piel de gallina completamente y una alegría increíble, porque por fin llegara el gran momento.
Fueron 120 minutos de lo más intensos que no olvidaré nunca. Cuando finalmente Iker levantó la copa, me dio por llorar de alegría y gritar como una posesa, como el resto de gente que teníamos alrededor. Y sólo sentí, no poder estar esa noche en Madrid para celebrarlo con la infinidad de aficionados y España en general, porque al salir del estadio, había que volver al hotel a varios kilómetros de distancia, y no fue lo mismo ni por asomo.
Me quedo con Casillas, Xavi, Villa y por supuesto Iniesta con su gol definitivo que ha sido el más emocionante y que mas he celebrado en toda mi vida, aunque para mi no fue el más bonito, porque (siempre con permiso de Andrés), el gol de Zidane en la Champions fue algo inmenso.
Además no puedo olvidarme de Vicente del Bosque, que supo mantener el equilibrio y la unidad de equipo hasta en los momentos más delicados de la competición. Sinceramente, va ser difícil pero La Rojita viene muy fuerte y quién sabe, puede que el próximo Mundial también sea nuestro. Lo que se vivió en España fue precioso y eso me lo perdí. Pero siempre podré decir: «Yo estuve allí».
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